Especial para el periódico EL DEBER

MUTUN, CERRO COLORADO, CERRO ROJO, ETC.

Salomón Rivas Valenzuela

Tenemos los yacimiento más grandes del mundo, el Mutún, Cerro Colorado, Cerro Rojo y otros en Santa Cruz y algunos pequeños situados en el Altiplano, en la zona cochabambina y sucrense. Mutún es de mejor ley, puede dar comienzo a nuestra siderurgia. Los otros Grandes de colores serían objeto a licitarse, ya sea a chinos, indios, rumanos, etc.
Comencemos a ordenar nuestra patria; planificando la explotación e industrialización del hierro. Nuestros yacimientos están aflorando en millones de toneladas, donde extraerlos es fácil y barato, desde la superficie; entonces la cuestión es hacer fierro.
El hierro es la columna vertebral del progreso moderno; es el pilar fundamental del desarrollo en toda la industria pesada, tan necesaria para la independencia económica de las naciones y solo los pueblos más atrasados no poseen su industrialización.
Debemos pensar que el hierro, no es solo el metal más importante de la naturaleza que nos rodea, sino que también es la base de la civilización y de la industria, un arma de guerra y de trabajo pacífico.
El hierro es palabra número uno en la metal mecánica. Pues con ella hendimos la tierra, plantando las matas, labrando los campos, perforamos los cerros para sacar otros minerales, construimos casas, edificios, rascacielos, puentes, túneles, presas, vías férreas. Abundan los yacimientos en el país, pero el fierro, tenemos que importar. Sin éste metal, tendríamos que hacer nuestras ropas hilando como los aymaras y viajaríamos en carretas de madera sobre caminos polvorientos como los primitivos.

La lucha por el hierro transcurre a través de toda la historia de la humanidad. Los judíos, pueblo ganadero perdió mucho porque sus enemigos tenían armas de hierro. El éxito de David como rey fue que aprendió el arte de fundirlo de los filisteos, cuando estaba en el exilio, huyendo del rey Saúl. En las páginas de la Biblia se asocia al hierro con la fuerza.
Existe una antigua leyenda árabe, en la que se considera que el hierro es de origen celestial. Ellos decían que en el desierto llovían gotas de oro del cielo, en la tierra; el oro se trasformó en plata y después en hierro negro, como castigo a las tribus que intentaban posesionarse de las dádivas del cielo. Posiblemente que al principio el hombre se limitó a recoger las piedras caídas del cielo, los meteoritos para elaborar los primeros utensilios.
A partir del primer milenio de nuestra era el hombre aprendió a fundir los minerales de hierro y los yacimientos de minerales de hierro han llegado a ser la riqueza fundamental de ciertos países, solo cuando ellos alcanzan la etapa de industrialización.

Mutún es un monstruo lejano que COMIBOL (Corporación Minera de Bolivia), estaba tratando de despertarlo. Era una gran hazaña que merecía el apoyo de todo el pueblo y de inteligencia de sus técnicos.
Cálculos realizados con lápiz y goma hacían que los fletes terrestres y fluviales el 70% del precio, entonces de ninguna manera conviene trabajar para exportar a las fundiciones de Argentina y Paraguay, pues se pierde dinero, de modo que tenemos que fundir hierro en el cerro Mutún, depósito estratégico que hace frontera con Brasil.

Hierro esponja se puede producir en Mutún, con el gas natural como agente reductor, del tubo que pasa por su lado. Tenemos calizas, arcillas y fluorita en nuestro Precámbrico vecino. Entonces ¿qué más se puede pedir para fundir hierro?. Comenzar con un alto horno y su fuego nos purificará para poder producir por nuestro esfuerzo, que se traducirá en progreso y bienestar nacional.